jueves, febrero 12, 2009

A ver, Gastón.

Por la puerta, Gastón entró temblando. Cabizbajo. Tenía la expresión que tienen los hombres cuando están cabizbajos entrando en un lugar. Junto a el marchaba su exuberante compañía. Más alta, más linda, más grande, más todo que Gastón. Hasta más hombre. Se dirigieron hasta el mostrador, donde una joven atendía parcamente detrás de un vidrio espejado. Gastón, mirando su propia cara, emitió sonidos. Estos sonidos fueron interpretados por la joven. Y así siguieron por un rato, corto, intercambiando sonidos, hasta que llegaron a un acuerdo. Y la joven se quedó ahí, y Gastón siguió caminando, cabizbajo, con su compañía, hasta llegar a otra puerta, más chiquita que la primera que pasaron. Y Gastón abrió la puerta, todavía cabizbajo, y entró.

5 comentarios:

India dijo...

interesante...

joAco dijo...

ve? la nueva línea se va definiendo...

y me gusta por donde va.

(yo creo que es porque le empezastes a robar más a maslíah que a les luthiers, pero buéh)

María dijo...

Gracias Joaco! ahora se de done me sonaba ese delirio!
Paco chorro!

Paco dijo...

Hijo de puta! No le robé a Masliah! Hace mil que no leo a Masliah!

Fender dijo...

"Intercambiando sonidos", jajajaja