Jaques Philippe Garca
Por Lic. Ricardo Tulio Chegusán, licenciado.
“Quedáte tranquilo, lo hago por tu bien” (Francia, 1881)
En un condado post-revolución burguesa francés nace Jaques Philippe Garca, en el mes de Noviembre del año 1856. El mismo día en que su madre muere trágicamente dándolo a luz.
Si bien podríamos deducir que su personalidad machista y viciosa se debe al hecho de haber sido criado por su padre (Un campesino mujeriego, alcohólico y jugador), él transita el mayor tiempo de su infancia viviendo junto a su abuela (Una campesina mujeriega, alcohólica y jugadora), Marie de Bourbon. La cual se ganaba la vida como coreógrafa del coro gregoriano de la iglesia de Saint Roqueaux.
Desde su temprana edad muestra su facilidad para el engaño y los negocios turbios cuando logra mantener en secreto durante 12 años que jamás había asistido ni un solo día a la escuela. Se dice que ofrecía mujeres y dinero a sus amigos del barrio para que le entregasen sus boletines de calificaciones, a los mismos los extorsionaba luego para no pagarles alegando que haría públicos los encuentros sexuales que tenia con sus respectivas madres, a las cuales obligaba a mantener relaciones sexuales a cambio de no dar a luz varios secretos que tenia de ellas, secretos que contaría a su abuela Marie, la cual tenia relaciones sexuales con todos los cantantes del coro gregoriano en el que trabajaba.
A los 21 años sus amigos y allegados le organizan una fiesta para festejar su mayoría de edad. La misma seria festejada en un predio de la zona y se esperaba de ella una reunión amistosa con la atracción principal de Zza-zza, una bailarina exótica de 56 años que también había empezado a incursionar en la prostitución.
Estudiosos no han llegado aún a comprender como Jaques consiguió que la fiesta se llevara a cabo en un albergue transitorio; que no contara con la presencia de sus amigos y allegados, sino con la de sus madres, novias y hermanas; que no asistiera la desagradable Zza-zza, sino un marinero musculoso que sirviera de desahogo para la insaciable Marie y, lo mas asombroso de todo, ¿Cómo hizo para adjudicarle los gastos a sus perjudicados amigos y que los mismos se sintieran favorecidos al pagarlos?
Al cumplir 46 años, y luego de varios fraudes airosos, su apellido ya comienza a formar parte del inconsciente colectivo. Jaques estaba orgulloso de que su apellido sirviese para definir a la gente con sus convicciones y, de hecho, en agosto del año siguiente se encuentra publicando, luego de varios libros importantemente reconocidos, el “Manifiesto del Garca”, que no era mas que una justificación a las porquerías que acostumbraba hacer a sus, cada vez menos, amigos y allegados.
En 1906 consigue, con un seudónimo aun desconocido, un trabajo como ingeniero naval en una renombrada empresa, cuyo nombre mantendremos en el anonimato por razones obvias, y diseña un gran trasatlántico que, según el y su equipo técnico, es resistible a los Iceberg de cualquier tamaño. En honor a un pez globo que tuvo de niño lo llamo “Titanic”.
En 1914, luego de descubrirse que de ingeniería naval no entendía un pomo, Garca escapa hacia las costas alemanas en donde residirá hasta el fin de sus días. Dicen que para llegar le robo el auto a un tal Francisco Fernando, un archiduque que parece, no sobrevivió al ataque del francés
Solo regresa una vez más a Francia, donde era odiado y repudiado por todos a causa de sus innobles conductas. Regresa para el funeral de la ya extremadamente mayor Marie, que fue encontrada desnuda en un burdel, tiesa, con una sonrisa radiante, y aplastando a 11 marineros galeses bajo sus 236 kilos inertes. Lamentablemente no hubo forma de salvar la vida de Marie, que al llegar los paramédicos ya se encontraba fallecida. Peor fue la suerte de los 11 marineros galeses, que murieron un mes después agonizantes bajo el cuerpo de la obesa, que jamás pudo ser movido. De hecho, el funeral se celebro en ese miso, ahora célebre, burdel roñoso.
Ya en su vejez conoce a un joven impetuoso y arrogante pero, según Garca, de buen corazón, llamado Adolfo. Éste mozuelo se maravilla con la personalidad del viejo francés y entabla una inocente amistad con el. Cuentan los libros de historia que cierta tarde el joven Adolfo llega a su casa luego de un largo día en la academia y encuentra al anciano Garca vestido de moisés en el living de su casa, junto a su madre, su novia Eva, seis pastores alemanes y un rabino; desnudos, frotándose manteca en los ojos y asando un chancho en la parrilla del fondo.
Esta imagen devasta al inmaduro Adolfito, quien jura a los gritos que se iba a vengar de todos mientras el rabino acababa de lamer la pierna de Eva con frenesí.
De alguna manera, jamás sabremos cual, Jaques Philippe logra mantener su amistad con Adolfo; y también logra que perdone a Eva y a su perturbada madre. No solo logra mantener la amistad, sino que se transforma en una suerte de mentor del ya hombre Adolfo. En los años venideros le presenta a un buen amigo de origen italiano llamado Benito. Un muchacho gordito y resentido pero, al igual que Adolfo, de gran corazón.
A estas instancias, el taimado Garca se retira de la vida pública. Y se proscribe en un rancho en el llano de algún campo alemán, en la zona de Buchenwald. A partir de ese momento no se sabe mas de él hasta el fin de la segunda guerra mundial, cuando se lo encuentra junto a su viejo amigo ahorcado, con una taza de te de tilo por la mitad y una revista de actualidad con un titular que reza “Hitler perdió la guerra”.
Cuando los aliados lo encuentran adjudican su muerte a causa de envenenamiento, pero no. El muy garca sucumbe de viejo.
Es por ese que a partir de ese momento, todos estos seres que gozan de conseguir ventaja a costa de los demás son llamados “garcas”, en honor a este ser abyecto que, no solo es aceptado en el libro Guinnes como el hombre mas egoísta, ventajero y deshonesto de la historia, sino que se ufana de ser reconocido de tal modo.
“Bueno, bueno... Al fin y al cabo es tan culpa tuya como mía"
Jaques Philippe Garca (Alemania 1922)
Entradas
